Es importante estar bien preparado para disfrutar al máximo la experiencia. Aquí te dejo una lista básica: Calzado cómodo y resistente: Idealmente botas de senderismo o zapatos antideslizantes. Ropa ligera y transpirable: Preferiblemente de manga larga para protegerse del sol y de los insectos. Agua: Al menos 1.5 litros por persona para mantener la hidratación. Bloqueador solar y repelente de insectos. Meriendas: Frutas, barras de energía o snacks saludables. Cámara o celular: ¡Los paisajes merecen ser capturados! Bolsa para basura: Para llevarse los desechos y contribuir al cuidado del medio ambiente. Con esta preparación, ¡la Ruta de la Caldera promete una experiencia inolvidable llena de descubrimiento y belleza natural!

No es estrictamente necesario contratar un guía, ya que el sendero está marcado en la mayoría de sus tramos. Sin embargo, para quienes visitan la ruta por primera vez o desean aprender más sobre la historia, la flora y la fauna del lugar, contar con un guía local puede enriquecer mucho la experiencia. Los guías también ayudan a evitar desviaciones y garantizan una caminata más segura.

La Ruta de la Caldera tiene una dificultad moderada. Si bien el sendero es accesible para principiantes con buena condición física, algunas secciones incluyen subidas, descensos pronunciados y cruces de riachuelos que requieren equilibrio y resistencia. Se recomienda llevar calzado adecuado y suficiente hidratación para disfrutar la caminata con seguridad.